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La Muralla en la mirada. Crónica 5. Diademas de torres

 

05 La creación en Ávila de la Administración Militar en 1875, instalada en el Palacio de Polentinos, transformada tiempo después en Academia de Intendencia, atrajo la cámara del francés J. David, quien tenía estudio en París en la rue de Courceilles a Levallois y estaba especializado en retratos de grupos de soldados en los acuartelamientos, además de ser el editor de un álbum del Vaticano.



De J. David se conservan diversas imágenes de 1884 y 1909, destacando en esta ocasión una grandiosa fotografía del nuevo puente sobre el río Adaja que había proyectado el ingeniero Justo Fungairiño. El puente fue abierto al tránsito el 26 de marzo de 1883, aunque las obras habían finalizado el 13 de octubre de 1881, las cuales habían sido llevadas a cabo por el contratista Antonino Prieto. Antonino Prieto fue aparejador municipal, académico correspondiente de la historia, Caballero de la Orden de Isabel la Católica y un hombre ilustrado y culto que también trabajó con los arquitectos Cossín, A. Barbero y Repullés, corriendo a su cargo las sucesivas reformas del Palacio de Polentinos para academia militar, además de las realizadas en la Basílica de San Vicente y las murallas, entre otras obras importantes.

Por otro lado, la presencia permanente del ejercito en la ciudad propició un número abundante de fotografías y postales, de las que una buena parte de ellas, firmadas por el fotógrafo Carrasco, fueron incluidas por Rafael Fuertes Arias en su extensa y documentada Monografía Histórica de la Academia de Intendencia del Ejército (Ávila 1875-1936), cuya consulta ofrece multitud de ilustraciones e imágenes casi desconocidas de Ávila y su muralla.

Otros fotógrafos que retrataron la academia y los grupos de oficiales y soldados fueron J. Bonafós (1884), J. Padró (1909), B. Galmes (1923) y Mayoral Encinar (1940), debiendo añadir también el álbum dedicado al Rey Alfonso XIII por Juan Serra Mercader fechado el 23 de enero de 1912.

“Amplio desierto donde la diadema de torres sobre el Adaja ciñe una ciudad silente”, escribió el ilustre pensador Jorge Santayana, quien cuando venía de París en los años ochenta y noventa del siglo XIX, recuerda con profundos sentimientos: “Pasadas las estaciones de Arévalo y Mingorría, esperaba ver en cualquier momento a la derecha, descendiendo suavemente hacia el lecho del invisible río, las perfectas murallas de Ávila, reluciente cada bastión a los rayos horizontales del sol, y la torre de la catedral un poco por encima de la línea de los bastiones y no menos imperturbable, sólida y grave”.

Desde París, y en esta misma época de 1888, llegó a la ciudad la casa fotográfica Lévy & Cie, y las vistas de Ávila y su muralla que hizo fueron una panorámica desde los Cuatro Postes y una del arco del Alcázar, así como varias estereoscópicas del ábside de la catedral, la puerta de San Vicente y la ermita de San Segundo, rubricadas por la casa Lévy et ses fils bajo la firma L.L., las siglas de sus fundadores León y Lévy, con cuya denominación los hijos de Lévy (Julies, Ernest y Lucien) editaron millones de tarjetas postales. Una vez más, la muralla se convierte en el icono universal de Ávila.

Siguiendo la estela de Santayana y sus recuerdos de la ciudad decimonónica, nos encontramos ahora con Isidro Benito Domínguez (1874-1932), arquitecto diocesano que tenía su residencia en Ávila en la finca de Tous, situada entre el río Chico y el antiguo camino de la Ermita de Sonsoles, lugar donde había instalado su particular taller fotográfico. Los temas predominantes de las de Isidro Benito son los paisajes que se divisan desde el Adaja, los monumentos de San Vicente, Santo Tomás, portadas señoriales y, especialmente, una panorámica de la ciudad, una vista general de Ávila, y otra de las murallas desde la presa de la fábrica de harinas sobre el río Adaja.

Como arquitecto, Isidro Benito fue una de las figuras capitales de la arquitectura abulense con una obra que abarca de finales del siglo XIX y principios del XX, donde se incluyen la fundición para fábrica de la luz levantada en 1894 junto al Adaja y frente al lienzo sur de la muralla, y la restauración de la torre de San Nicolás, así como los singulares edificios de la actual calle Don Gerónimo, ocupados hoy por “Tejidos Catalanes” y la pastelería “La Flor de Castilla”.

Finalmente, añadir a la biografía de Isidro Benito su amistad con el también arquitecto Enrique Mª Repullés, con el contratista y académico Antonino Prieto, y con el yerno de éste, el médico y pintor Manuel Sánchez Ramos, todos ellos aficionados y coleccionistas de fotografías de Ávila, e interesados por la conservación y defensa de las murallas y el patrimonio monumental de la ciudad.

Jesús Mª Sanchidrián Gallego

(Foto: Lienzo Norte de la muralla. Matías Barajas - Foto Mimosa, 1985)

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