El Ayuntamiento de Ávila ha constituido una comisión especial para abordar las inundaciones que registró la ciudad el pasado mes de marzo a raíz de los desbordamientos de varios ríos.
En la reunión de constitución celebrada el martes 29 de julio, presidida por el alcalde de Ávila, Jesús Manuel Sánchez Cabrera, se ha contado con presencia de los portavoces de los cuatro grupos políticos municipales –XAV, PSOE, PP y Vox- y con técnicos municipales.
En ella, se ha acordado recabar, mediante solicitud de los informes oportunos, datos e información a todas las administraciones y organismos públicos que se vieron implicados o que tienen competencias en los episodios de desbordamiento de los ríos Adaja -y sus afluentes Chico y Gemiguel- y Voltoya: Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), Confederación Hidrográfica del Duero (CHD), Subdelegación del Gobierno, Delegación Territorial de la Junta de Castilla y León, Diputación Provincial y servicios propios del Ayuntamiento de Ávila.
El paso por la ciudad de Ávila de varias borrascas consecutivas en el mes de marzo tuvo sus efectos en forma de fuertes precipitaciones y rachas de viento, así como de crecidas históricas del río Adaja y sus afluentes –Chico y Gemiguel- y del río Voltoya (afluente del Eresma), derivadas de las precipitaciones en forma de lluvia y nieve y el consiguiente deshielo que se registró.
El Ayuntamiento de Ávila valoró en 1,5 millones de euros los daños en la ciudad y los barrios anexionados provocados por estas borrascas, que tuvieron efecto en parques y jardines de la ciudad, así como en inmuebles, mobiliario urbano, instalaciones deportivas, calles, comercios, instalaciones de suministros y terrenos colindante.
En este marco, en el pleno de marzo de 2025, se aprobó una declaración institucional para solicitar al Gobierno de España la declaración de Zona afectada gravemente por una emergencia de Protección Civil tras las inundaciones.
En la misma, se hacía referencia a la situación “excepcional” causada por las consecuencias que dejaron durante el mes de marzo una cadena de borrascas que acarrearon fenómenos meteorológicos adversos como
fuertes vientos y precipitaciones, así como deshielo y crecidas de los ríos, que provocaron, entre otras consecuencias, inundaciones en la zona sur de la ciudad.