Crónicas Abulenses II

 

CRÓNICAS ABULENSES

II.- CRÓNICAS DEL MERCADO GRANDE

0. Introducción 0Pasear por el Mercado Grande de Ávila es reencontrarse con la plaza de nuestra ciudad y revivir cada momento de su historia, y es que toda la vida por esta plaza pasa. El amplio espacio que configura la plaza surgió como una explanada entre los límites arquitectónicos que dejaron la muralla por el este, la iglesia de San Pedro por el oeste, la iglesia de la Magdalena por el sur, y el caserío con soportales por el norte. El origen y la realidad física de la plaza que conocemos se remonta al momento de la construcción de los monumentos que la circundan, coincidiendo entonces con los años de la repoblación iniciada en el siglo XI.

Adentrados en las entrañas misteriosas de la tierra sobre la que se alza la mítica plaza del Mercado Grande, y una vez conocidos, gracias a la arqueología, los restos de las antiguas civilizaciones que la habitaron, como el resultado de su autopsia, nos aproximamos a su peculiar historia cultural.

Pero la plaza del Mercado Grande, a pesar de su nombre, no es la plaza Mayor de Ávila, ni nunca ha pretendido serlo, porque paradójicamente la plaza Mayor es la llamada plaza del Mercado Chico, unidas ambas por una misma tradición histórica: la de celebrar en el espacio arquitectónico que las configura las transacciones mercantiles y de aprovisionamiento, reuniendo en su entorno el bullicio de una ciudad siempre viva. Esto es el mercado, lugar de concentración de mercaderes y gentes de cualquier condición social, reunidos para el intercambio de alimentos, productos exóticos y artículos diversos, conversaciones y miradas, experiencias y recuerdos, todo mezclado en algarabía y trasiego.

Aunque la vida de la ciudad en su devenir cotidiano ha tendido su centro en los cosos de San Juan o el Mercado Chico, en el coso de San Pedro o el Mercado Grande, y en el coso de San Vicente, en esta ocasión nos detenemos en el Mercado Grande.

Y lo hacemos desde este punto neurálgico de la ciudad tomando como referencia el lugar mágico con el que se identifican los abulenses, en la media en que siempre ha estado unido a la puerta del Alcázar, al hospital y la iglesia de la Magdalena y sus comedias, a la iglesia de San Pedro, al coso donde se lidiaban los toros y se hacía torneos, a la desaparecida Alhóndiga, al mercado de los viernes, a “La Palomilla”, a los soportales y sus comercios, al cinematógrafo, al templete de música, a las recepciones reales, a los autos de fe y a los ajusticiamientos, a los paseos, a las paradas militares, y a las procesiones, cumpliendo así con el ritual característico de las funciones que tradicionalmente desempeñaron las plazas mayores.


Enlace a la sección I. Crónicas urbanas I. Ávila 1958

Enlace a la sección III. La Muralla en la mirada

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7. Crónica 7 La configuración original de la plaza del Mercado Grande, tal y como quedó consolidada en la edad media y describieron Madoz, Garcés y Quadrado, apenas sufrió variaciones durante siglos más allá se simples mejoras en el pavimento y los arcos de los soportales, por lo que su reforma se estaba convirtiendo en necesidad ante los nuevos tiempos. 

 

6. Crónica 6 En 1864, el historiador y viajero José Mª Quadrado visitó Ávila para tomar los datos de la ciudad que después utilizó en su obra “Recuerdos y bellezas”. De su paso por la plaza dejó un interesante testimonio sobre la importancia que ocupa el Mercado Grande en la historia de la ciudad:

5. Crónica 5Por su parte, Valeriano Garcés González, que vivía en la propia plaza dedicado a la formación de planos, trabajando también como delegado de un Montepío de Caja de Ahorros, escribió en su detallada guía de Ávila de 1863 que la plaza del Alcázar o Mercado Grande está al Este, extramuros de la ciudad, y frente a la puerta del mismo nombre.


4. Crónica 4La fisonomía primitiva de la plaza del Mercado Grande fue completada en el siglo XVI con la construcción de una casa de carnicerías y una alhóndiga, sin sufrir con ello grandes transformaciones hasta el último tercio del siglo XIX. Por ello, las distintas descripciones que se hacen de la plaza por Pascual Madoz (1845), Valeriano Garcés (1863) y José Mª Quadrado (1865), ofrecen una visión contemporánea a ellos y bastante acertada de lo que ha sido durante siglos la plaza del Mercado Grande.

3. Crónica 3

Mediado el siglo XVII, las casas del Mercado Grande necesitaban obras de reforma, restauración y, en algunos casos, de reconstrucción las que estaban arruinadas.

2. Crónica 2El trazado de la ciudad medieval permaneció inalterable durante siglos, también la plaza del Mercado Grande, sin que ello signifique que no se hicieran obras puntuales.

 

1. Crónica 1Dicen algunos cronistas y estudiosos que la plaza del Mercado Grande quedó definida entre los años 1090-1100, coincidiendo con los tiempos de la repoblación de la Ávila por el conde Ramón de Borgoña, yerno de Alfonso VI, y en esta época, según el padre Ariz poblaron en el Burgo de San Pedro, muchos escuderos nobles. E Sancho de Estrada hizo en tal Burgo su Palacio, y pronto se formó entonces la plaza del Mercado Grande.

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