Productos y surtidos de librerías, papelería, farmacia, cafetería, pastelería, ultramarinos, mercería, bisutería y quincalla llenan los escaparates del Mercado Grande en los años cuarenta y cincuenta. En esta época la ciudad parece haber retrocedido en el tiempo, y es que las cicatrices de la guerra y el racionamiento han hecho mella en la ciudad. La novedad llegó de la mano de los electrodomésticos.
Una nueva reseña publicitaria aparece en la guía de Ávila que escribe José Mayoral 1916, donde en el escaparate de los soportales de la plaza del Mercado Grande se anuncian los productos y surtidos más selectos. Allí está el establecimiento de ultramarinos “La Perla”, de Augusto Rodríguez, especializado en comestibles finos, fiambres y cestitos para turistas y forasteros.