Mercado Grande. Crónica 15. Oid, oid, oid todos

15. Crónica 15 En el Mercado Grande, especialmente en día de mercado al ser éste el día de mayor concurrencia, los pregoneros públicos promulgaban a toque de clarines y tambores las ordenanzas, cédulas y pragmáticas, lo mismo que anunciaban las posturas del pecado, de la carne, y de los precios de las subsistencias.



Igualmente, a la puerta del consistorio los pregoneros voceaban los actos, las contrataciones y los nombramientos, y como quiera que en 1589 se celebraron sesiones en la Alhóndiga del Mercado Grande, aquí también voceó el pregonero: Oid, oid, oid todos.

            Son numerosas las referencias existentes a los pregones y pregoneros encontradas en la documentación medieval, cuya actividad tenía en el Mercado Grande uno de lugares de expresión, así que sólo se reseñan algunas a modo de ejemplo.

El 30 de octubre de 1431 el Concejo dictó una ordenanza sobre fieles, y estando en la plaza del Mercado Mayor, que está en los arrabales de esta ciudad, Miguel Sánchez, pregonero de la dicha ciudad, pregonó todo lo contenido en la dicha ordenanza.

            Otro testimonio de los pregones dados en el Mercado Grande lo encontramos en el anuncio del nombramiento de los “fieles” dado en 1480 para recaudar las rentas de los vinos y las alcabalas de los paños de la ciudad, por lo que en la plaça de Mercado Grande Chico Per Alonso, pregonero público de la dicha çiudad, pregonó a altas e inteligibles bozes la dicha fialdad e poder dado.

            En 1491, los Reyes Católicos otorgaron carta de seguro a los judíos de Ávila poniéndolos bajo su protección, con orden expresa de que sea pregonada en plazas y mercados, y por ende en la plaza del Mercado Grande: E que lo fagáys asý pregonar públicamente en las plaças e mercados e otros logares acostumbrados por pregonero e ante escrivano público, por manera que venga ha notyçia de todos e ninguno dellos pueda pretender ynorançia, era la coletilla de esta carta, la cual se incluía igualmente en la mayoría de las dictadas en la época.

            Célebre fue también el pregón dado en el Mercado Grande con motivo de las honras fúnebres que celebró la ciudad para llorar la muerte del príncipe don Juan, hijo de los Reyes Católicos, ocurrida el 4 de octubre de 1497.

            Y mandaron que se pregone públicamente en las plazas y mercados desta ciudad, para que venga a noticia de todos, se decía en el acta municipal del 15 de julio de 1591, lo que se repetía frecuentemente en los acuerdos consistoriales.

            Los pregoneros eran empleados municipales, pues no en vano eran su voz pública y el medio de comunicación oral del concejo. Así, en 1751 se presupuestan seiscientos reales que anualmente se pagan al pregonero de la ciudad, y como muestra de su oficio cabe reseñar que el 8 de junio de 1776, a las doce de la mañana, a las puertas consistoriales del Ayuntamiento y en la Plaza del Mercado Grande, como sitios más públicos, se “publicó” la convocatoria electoral a regidores a son de caxas, clarines y pífanos, por voz de pregonero público y asistencia de tropa y de un gran número de personas de todas clases.

            La tradición de pregonar por calles y plazas se mantiene todavía en 1863, según se reseña en la Guía de Ávila de Valeriano Garcés, donde se recoge el cargo funcionarial dependiente del Ayuntamiento. Esta tradición decayó en los anuncios de cédulas, pragmáticas, ordenanzas y otras órdenes de similar contenido normativo con la aparición de los periódicos oficiales mediado el siglo XIX, aunque sigue perviviendo en su función anunciadora de bandos, actos y otros acontecimientos diversos, igual que ocurrirá en el medio rural hasta mediado el siglo XX, pues no hay que olvidar que el alto índice de analfabetismo existente en la época requiere la publicación oral de cualquier instrucción que se quiera publicitar.

Jesús Mª Sanchidrián Gallego

(Foto: Pregón de fiestas en la Plaza del Mercado Grande, Mayoral Encinar, 1947)

 

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